Abstract
Mientras que en el siglo XX, la meta de la nutrición humana era asegurar un aporte adecuado de energía, macro y micronutrientes, a partir del siglo XXI además de esto, adquiere importancia la presencia de componentes funcionales en la dieta. El aporte de alimentos funcionales o con componentes funcionales o bioactivos, tanto naturales, como procesados, en la edad pediátrica es una de las estrategias más prometedoras en el campo de la nutrición infantil. Existe evidencia cada vez más creciente de que estos alimentos tienen efectos beneficiosos en funciones específicas del organismo, que van más allá de los nutricionales habituales, con efectos positivos sobre el estado de bienestar y la salud o la reducción del riesgo de enfermedad. El conocimiento cada vez mayor de la implicación de los alimentos funcionales en la regulación de la expresión génica, de la proliferación y función celular, de la inmunomodulación, de la ecología intestinal, del sistema de antioxidación o del metabolismo es una muestra de la trascendencia que éstos tendrán en el futuro en los hábitos alimentarios de la población, tanto infantil, como adulta o anciana. Todo ello sumado al conocimiento del genoma y la biotecnología permitirán en un corto espacio de tiempo la realización de dietas de diseño e individualizadas, dietas optimizadas...
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Copyright (c) 2003 Boletín de Pediatría