Abstract
El poeta vasco Gabriel Celaya convirtió en imagen literaria el argumento de una leyenda oriental de tradición milenaria, según la cual todos los seres humanos destinados a estar unidos por un vínculo afectivo especial e intenso permanecen desde siempre ligados por un hilo rojo, una hebra que se estira y encoge pero nunca se rompe, ni siquiera después de la muerte. Según esta leyenda, a través del hilo rojo podemos identificarnos con seres ya desaparecidos y que no conocimos en vida, con algunos que tratamos escasamente o con otros a los que sólo nos ha unido la relación con personas interpuestas. El hilo rojo es una preciosa metáfora de la historia como bien recibido, del interés compartido y de la unión en los sentimientos. El hilo rojo traspasa la historia de nuestra sociedad. Yo lo he recibido de mis mentores, compañeros y amigos en la profesión, y lo he sentido desde mis primeros pasos en la pediatría...
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Copyright (c) 2004 Boletín de Pediatría