Resumen
Los últimos avances realizados en la elaboración de las fórmulas infantiles responden al criterio de la ESPGHAN de acercarse al máximo a la composición de la leche materna y a la respuesta metabólica del lactante alimentado con leche materna. Entre los avances más significativos caben señalar los siguientes: Reducción del contenido de proteínas y fósforo (efecto bifidógeno): la conjunción del contenido reducido de proteínas y fósforo y la presencia de lactosa como hidrato de carbono mayoritario ha permitido conseguir que los lactantes alimentados con estas fórmulas infantiles tengan una flora predominante en bifidobacterias, similar a la de los alimentados con leche materna, con el consiguiente efecto positivo para el desarrollo del sistema inmunitario. Oligosacáridos: aunque se ha observado que una mezcla de dos oligosacáridos puede favorecer la flora bifidógena, la ESPGHAN señala que no se debe hacer una recomendación general sobre su utilización. Probióticos: entre las distintas cepas, se ha observado en ensayos clínicos que el Bifidobacterium lactis es efectivo en la prevención de diarreas y en el sistema inmunitario. Ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LCPUFA’s): la adición de DHA y ARA con una relación 1/1 potencia los efectos inmunomoduladores y permite conseguir unos niveles de DHA y ARA plasmáticos similares a los de los lactantes alimentados con leche materna. Nuceótidos: tienen un efecto positivo sobre la funcionalidad de los linfocitos intestinales y la inmunidad. Conclusión: es necesario efectuar ensayos clínicos aleatorizados a doble ciego placebo-controlado de cada una de las fórmulas funcionales.
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