Resumen
La helioterapia fue utilizada de forma empírica desde la medicina antigua hasta el siglo XX para tratar múltiples enfermedades, entre ellas la tuberculosis y la Vit D explicó algunas de las acciones de la luz solar. En 1983, se descubrió el receptor de Vit. D y su presencia en células inmunitarias sugirió las acciones inmunitarias de la Vit. D y su posible aplicación en la patología humana. Reiteradamente se han comunicado niveles séricos descendidos de Vit. D en enfermos con tuberculosis activa o latente, aunque estos ensayos transversales no pudieron probar el sentido de la causa-efecto. Además, estudios experimentales han probado que la Vit. D mejora la defensa frente a M. tuberculosis. Recientemente se comunicó que los macrófagos infectados por M. tuberculosis, a través de los receptores TLR1,2, activan la respuesta innata y además la producción local de Vit. D activa (1,25-OH) lo que explicaría la hipercalcemia y la calcificación del granuloma caseoso características de la tuberculosis. A la vista de estos datos, se ha aconsejado administrar Vit. D como terapéutica coadyuvante de la tuberculosis y en las formas resistentes. Sin embargo, los ensayos clínicos no han sido concluyentes por fallos metodológicos. Por otra parte, preocupa la conocida acción hipercalcemiante de la Vit. D y su modulación de los linfocitos Th1 que son fundamentales frente a microorganismos intracelulares, como M. tuberculosis. Sería recomendable la realización de potentes ensayos clínicos para aclarar si la terapia con Vit. D es útil y cuál es la dosis óptima a utilizar en cada situación.
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Derechos de autor 2009 Boletín de Pediatría