Resumen
El factor esencial para el control de la tuberculosis (TB) es el diagnóstico de la enfermedad en sus primeras etapas y el tratamiento correcto de los pacientes. Sin embargo, para poder controlar realmente la TB es necesario, además, identificar y tratar a los individuos infectados antes de que progresen hacia enfermedad y se conviertan en fuente de contagio. La prueba de la tuberculina (PT) es la herramienta clásica para el diagnóstico de la infección tuberculosa; pone de manifiesto un estado de hipersensibilidad retardada del organismo frente a la inyección de un derivado proteico purificado (PPD). El principal inconveniente de la PT radica en que la mayoría de proteínas presentes en el PPD no son específicas de M. tuberculosis sino que las comparte con otras micobacterias no tuberculosas (MNT). Esto conlleva una disminución en la especificidad de la prueba, ya que individuos sensibilizados por exposición previa a MNT o vacunados con BCG pueden dar falsos positivos.
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