Resumen
La gran mayoría de las anomalías vasculares que se presentan en la infancia pueden diferenciarse mediante un examen físico y una historia clínica exhaustivas. En ocasiones, se deberá recurrir a la ultrasonografía Doppler o a la resonancia nuclear magnética para diagnosticarlas, principalmente en lesiones profundas de aspecto no definido. La clasificación de las anomalías vasculares se establece en base a criterios biológicos, como hemangiomas y malformaciones vasculares. Esta clasificación incluye datos físicos, conducta clínica y cinética celular. Establecer un diagnóstico diferencial entre ambos tipos de anomalías, permitirá una mejor comprensión y, por tanto, una actitud frente a ellas acorde con su evolución clínica. Los hemangiomas son las neoplasias benignas más frecuentes en el lactante; manifestándose en las primeras semanas de vida con un crecimiento rápido como dato característico, que se prolonga de forma atenuada hasta el año de edad. Corresponde a la fase proliferativa, posteriormente se continúa con una fase de involución que alcanza hasta los 7-10 años. Las malformaciones vasculares (VM) no son neoplasias, son anomalías de los vasos debido a errores en la morfogénesis vascular. Se derivan de conductos capilares, arteriales, venosos o linfáticos embrionarios, o por combinación de los anteriores. Su clínica y tratamiento variarán en función de su hemodinámica, tamaño y localización anatómica. Las malformaciones vasculares en el momento del nacimiento ya están presentes por definición, no presentan proliferación celular y no tienen potencial involutivo.
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