Resumen
Cuando observamos a un niño con un trastorno neurológico complejo podemos reconocer diversas alteraciones que saltan a la vista y sin embargo, sin una mirada global y experta, obviaremos otras muchas que empeorarán en gran manera su pronóstico y calidad de vida. Sus manifestaciones clínicas más evidentes son aquellas que afectan a la postura, al tono muscular y a la capacidad de movimiento y que tienden a generar deformidades progresivas que, a su vez, inducen dolor y limitación en las actividades más cotidianas. Íntimamente relacionada con éstas, aparece una constelación de trastornos: déficits nutricionales,dificultades para la alimentación y trastornos digestivos, problemas respiratorios, alteraciones endocrinológicas y patologías odontológicas. Por otra parte, estos pacientes muestran diversa comorbilidad neurológica (epilepsia, trastornos de sueño, dificultades de comunicación y trastornos del lenguaje, déficits sensoriales) así como discapacidad cognitiva y déficits de aprendizaje, trastornos del neurodesarrollo y alteración de la conducta.
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