Abstract
Los importantes avances en el terreno de la inmunología, de la genética y en la tecnología han posibilitado que se desarrollen vacunas menos reactogénicas y más inmunógenas. A pesar de ello, la seguridad vacunal sigue centrando la atención de la población. Actualmente no hay evidencia científica de que la administración de una vacuna cause alergia, asma, autismo, esclerosis múltiple, síndrome de muerte súbita, ni enfermedades autoinmunes. No obstante, éstas y otras enfermedades han sido atribuidas a las vacunas, creando dudas en la población, lo cual puede poner en peligro las coberturas vacunales, dando lugar a epidemias de enfermedades que parecían controladas...
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Copyright (c) 2006 Boletín de Pediatría