Abstract
El número de consultas pediátricas por fallos de crecimiento es cada día más frecuente, lo que viene determinado, en gran parte, por el concepto social de que la talla alta se relaciona, de manera injustificada, con salud óptima y éxito social y económico. Dada la diversidad etiológica de los fallos de crecimiento, el pediatra tiene la responsabilidad de seleccionar sólo los exámenes complementarios que aconseje el historial de cada paciente. De esta forma, los estudios complementarios únicamente tienen su justificación para confirmar una sospecha diagnóstica y no deben sustituir nunca a los datos de una historia clínica completa, una minuciosa exploración física y una cuidadosa evaluación seriada del crecimiento. Con este protocolo, se intenta resumir la orientación que, desde la Atención Primaria, se debe dar al niño con talla baja...
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Copyright (c) 2006 Boletín de Pediatría