Abstract
La hematuria supone una de las manifestaciones más frecuentes de lesiones intrínsecas renales y de la vía urinaria. La incidencia estimada en la edad pediátrica se sitúa en 1,3‰ para la hematuria macroscópica y en 0,14-0,41% para la microscópica. Aunque no existe una definición consensuada de hematuria, en general, se considera patológico el hallazgo persistente de lecturas ?1+ en la tira reactiva y recuentos ?5-10 hematíes/campo de gran aumento en orina centrifugada o ?5 hematíes/mm3 en orina no centrifugada. [...] La proteinuria, aunque menos frecuente, es un signo de enfermedad renal de mayor relevancia clínica que la hematuria y que debe interpretarse siempre como una patología potencialmente grave. En condiciones normales, existe una pérdida fisiológica en orina de proteínas (proteína de Tamm-Horsfall, albúmina, beta2-microglobulina, transferrina, inmunoglobulinas, etc.) que no excede de los ?100 mg/m2/día (4 mg/m2/hora). Se define como proteinuria, por tanto, toda eliminación proteica urinaria superior a ese valor. La presencia de proteinuria aislada por tira reactiva puede alcanzar el 15% de la población escolar, pero, al igual que en el caso de la hematuria, este porcentaje desciende significativamente si se considera como un hallazgo permanente: sólo en 10% de los casos en los que se detecta una proteinuria aislada de forma casual va a persistir tal anomalía después de un año de seguimiento...
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Copyright (c) 2006 Boletín de Pediatría