Abstract
La adolescencia, como etapa de cambio vital que es, presenta una gran vulnerabilidad para el consumo de drogas, condicionado, en parte, por un espíritu "experimentador" y, en otra, por las particulares normas sociales y/o grupales existentes. Los primeros contactos con drogas suelen producirse a lo largo de la segunda década de la vida y, si bien, la edad de inicio al consumo de las diferentes drogas, tanto legales como ilegales, permanece bastante estable durante los últimos años, las prevalencias de los consumos están aumentando para casi todas las sustancias, siendo especialmente marcado el aumento en el consumo de cannabis y cocaína. Cuanto más precoz sea el contacto con una sustancia, mayor es el riesgo de desarrollar una dependencia a esa u otras sustancias. Un objetivo preventivo fundamental será retrasar en lo posible el contacto con las drogas...
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Copyright (c) 2007 Boletín de Pediatría