Abstract
Las prevalencias de obesidad y asma se han incrementado sustancialmente en las últimas décadas a nivel mundial, lo que ha llevado a postular que ambas entidades pueden estar relacionadas. La OMS señala ambas entidades entre las principales enfermedades crónicas prioritarias a nivel de salud pública en el mundo(3,4). Al abordaje tradicional de estos procesos hay que sumarle estrategias diferentes que controlen y mejoren la calidad de vida de estos pacientes, sus exacerbaciones y recidivas...
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