Abstract
La formación está orientada a conseguir el pediatra general competente –imprescindible en una pediatría moderna– humano, conocedor, abierto a la ciencia, profesional y líder, capaz de trabajar en equipo multidisciplinario, con formación troncal completa, integral, con conocimientos y competencia clínica, y con aptitudes y actitudes particulares, recuperando un humanismo a veces perdido, para tratar al mejor paciente del mundo: el niño. La Pediatría ha evolucionado continuamente para alcanzar ese objetivo(
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