Abstract
Clásicamente el diagnóstico de las enfermedades alérgicas se ha venido realizando mediante tests cutáneos (intradérmicos o prick). A raíz del descubrimiento de la IgE en 1967, se desarrollaron sistemas para la detección in vitro de la IgE específica frente a las fuentes alergénicas identificadas como capaces de producir reacciones alérgicas, sistemas que se han ido perfeccionando para ofrecer mayores sensibilidad y especificidad,diagnóstica. Sin embargo, estos métodos han venido detectando fuentes alergénicas completas. Sin embargo, las alergias están producidas por proteínas concretas (alérgenos) de entre las muchas que contiene una determinada fuente alergénica, y no por la proteína completa sino por una fracción de la misma denominada “epitopo”.
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