Abstract
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reconocen que la lactancia materna es el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo de todos los niños, y recomiendan que cuando no se disponga de leche de la propia madre, la leche pasteurizada de madres donantes seleccionadas sea la siguiente opción para la alimentación, sobre todo si se trata de recién nacidos muy prematuros o enfermos(1). Esta recomendación es además respaldada por las principales sociedades científicas internacionales en el ámbito de la Pediatría, como la Asociación Americana de Pediatría(2) y la Sociedad Europea Pediátrica de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición(3) (ESPGHAN).
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Copyright (c) 2016 Boletín de Pediatría