Abstract
Hasta el siglo pasado la supervivencia del lactante dependía del mantenimiento de la lactancia materna ya que no es capaz de tolerar de forma adecuada la leche de ningún animal doméstico. El uso del vidrio en 1800 y de las tetinas de caucho en 1864 fueron factores importantes en la mejor higiene de la alimentación a lo que se sumó de forma decisiva el conocimiento de la composición química de la leche humana y vacuna.
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Copyright (c) 1990 Boletín de Pediatría