Abstract
La pandemia declarada en marzo por la OMS por el virus SARS-Cov-2 ha catapultado todos los proyectos de las sociedades científicas a la esfera virtual de su actividad. Las medidas de prevención y especialmente la distancia social, como dicen unos, o física como prefieren otros, ha generado un cambio de paradigma en nuestra forma de relacionarnos y formarnos. Éramos conscientes del desgaste físico y emocional al que habían sido y seguían siendo sometidos la mayor parte de profesionales sanitarios. En momentos de desaliento, la razón invitaba a la cancelación de todo acto no estrictamente necesario, focalizarnos en cuidar de nuestros pacientes y nuestras familias. Sim embargo, el corazón nos pedía sobreponernos, rebelarnos contra las adversidades y dejar a un lado el no poder y despejar el camino solo al deber.
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