Abstract
Las meningitis purulentas constituyen un problema de especiales características en la infancia (época en la que se presentan el 70% del total de los casos), por una serie de hechos entre los que destacamos: a) Frecuencia: se estima que su prevalencia oscila entre 4,6-10/100.000, con especial presentación en el primer año de vida y, en España, la tasa de incidencia anual global para las meningitis originadas por los tres agentes más habituales (meningococo, H. influenzae y neumococo) es de 7,6 casos/100.000 niños menores de 15 años(1); b) Etiología, que varía con la edad: en el neonato predominan gérmenes como el E. coli y el estreptococo; en edades posteriores, en nuestro país, entre las meningitis en las que se ha aislado el germen (50,8% del total) los agentes responsables son N. meningitidis (68,0%), Streptococcus pneumoniae (7,1%), H. influenzae (19,3%) (cuya presencia regresa tras la introducción de la vacuna), mientras que otros gérmenes representan el 5,6%. La infección estafilocócica puede complicar intervenciones neurológicas y traumas craneales; los organismos anaerobios originan menos del 1% los casos; c) Pronóstico. Pese a los avances terapéuticos que han conseguido rebajar la mortalidad de algunas formas hasta el 5%-5,52% la frecuencia de las secuelas en los supervivientes se mantiene invariable en los últimos años; la presencia de coma y las convulsiones al ingreso son factores predictores de mortalidad...
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Copyright (c) 2000 Boletín de Pediatría