Abstract
En este momento de recibir la Medalla del Memorial Guillermo Arce y Ernesto Sánchez Villares, estoy recordando las palabras de Don Pedro de Castro en A Ilustre Casa de Ramires, de Eça de Queiroz: «Que no lo esperaba yo de tanto honor ni siquiera de tanto gusto.» Honor, por la categoría de la Sociedad que me propone y por los nombres ilustres que me han precedido. Gusto, porque, curiosamente, esta Medalla es, para mi, la vuelta a mis orígenes, tierras de una rama de mi familia ya en tiempos de Alfonso VI de Castilla y, por lo tanto, bien anteriores al Reino de Portugal. Y añadiré: emoción...
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