Abstract
El deseo de tener hijos no es algo nuevo del mundo actual, pero en el pasado no era posible el control de la reproducción. De hecho, en tiempos pasados, y aún hoy en las sociedades tradicionales de los países más desfavorecidos, no tener hijos constituía un estigma de incapacidad, sobre todo para la mujer. Uno de los grandes avances del final del segundo milenio ha sido la reproducción asistida. El progreso de la ciencia, junto con el desarrollo de la tecnología han permitido: 1) la procreática con el desarrollo de técnicas de reproducción asistida (TRA), cada vez más precisas y con un mayor porcentaje de éxitos; 2) la genética y la posibilidad de recombinación del ácido desoxirribonucleico (ADN), abriendo las puertas a la terapia génica y a los organismos genéticamente modificados; y 3) la clonación nuclear, a partir de una célula adulta, que alberga el sueño de la terapia mediante células troncales, llamada clonación terapéutica o medicina regenerativa; pero también el temor de la clonación reproductiva. Los cambios sociales acaecidos en los últimos años incluyen el ejercicio de la autonomía en las decisiones sobre nuestro cuerpo y sobre el mundo que nos rodea, sobre el qué, cuando y cómo, en este caso de la maternidad. Y de ello se deriva, una intolerancia al dolor y a cualquier tipo de minusvalía, incluida la infertilidad y la búsqueda de medios para resolver estas situaciones, aunque ello suponga, a veces, un desafío a la ética...
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Copyright (c) 2004 Boletín de Pediatría